- Editorial:
- BELGRADO SL
- Materia:
- FÚTBOL: NARRATIVA Y ENSAYO
- Páginas:
- 114
PANENKA Nº 13: PSG. EL COLECCIONISTA DE ARTE
BELGRADO 76
La belle équipe. La Torre Eiffel, el Louvre, Nôtre Damme, el Sena... París siempre ha buscado un icono deportivo que luciese con igual intensidad y elegancia que el resto de sus atractivos. El PSG ha intentado desesperadamente formar parte de esa nómina de maravillas que hacen de la capital francesa un lugar único, pero la unión entre equipo y ciudad nunca se ha alcanzado. Nasser Al-Khelaïfi y los 'petroeuros' provenientes de la familia real de Catar son los últimos de una larga nómina de hombres y compañías que se han enfrentado a semejante desafío. Autor: César Sánchez.
Ginola: "El PSG era y es el club de mi corazón". David Ginola sabía levantar a la tribuna del Parque de los Príncipes como nadie. Elegante, plástico, fino... Sus maniobras por la banda izquierda son el mejor recuerdo del gran PSG de los 90. Un jugador, un club y una ciudad chic. Una relación que se acabó demasiado pronto, pero que todavía conserva la llama. Autor: César Sánchez.
La ley de Zlatan. Todo es imperial alrededor de Ibrahimovic: su risa, sus pies, su técnica, su sueldo, su autoestima... Acunado entre prejuicios, miserias e insultos, su inconmensurable soberbia le ha acabado conduciendo al Parque de los Príncipes como 'Rey Sol' de un nueva dinastía futbolística. Genialidad y egolatría en constante lucha. Autor: Javier Prieto Santos.
Patria o fútbol. Como todos los regímenes socialistas, Cuba lleva décadas apostando por la diplomacia en pantalón corto: incluso en los peores momentos de su economía, el deporte sirve para ofrecer una imagen pujante. Así, en los Juegos de Londres, sus atletas consiguieron una meritoria 16º posición en el medallero. Sin embargo, hay una disciplina menos rentable en términos olímpicos al que el régimen de La Habana mira con apatía. El fútbol sufre en Cuba. Y sus jugadores sólo tienen una opción para evitarlo: la deserción. Autor: Aitor Lagunas.
Corazones de hierro. 20 años atrás, un grupo de trabajadores de Altos Hornos de Vizcaya se lanzó a una travesía a pie hacia Madrid para defender sus puestos de trabajo. Fue la 'Marcha de Hierro', un grito de auxilio que no alcanzó su objetivo. Sestao se despidió de su glorioso pasado industrial y también de su equipo de fútbol, que a punto estuvo de subir a Primera en 1987 pero al que las deudas le empujaron a morir para volver a nacer. Venancio González, protagonista de aquella marcha, y Primitivo Soto, futbolista del viejo Sestao SC, simbolizan aquellas dos luchas, tan diferentes y tan iguales. Autor: Rafa Jiménez.