- Editorial:
- EDITORIA METEORA S.L.
- Año de edición:
- 2006
- Materia:
- FÚTBOL: NARRATIVA Y ENSAYO
- ISBN:
- 978-84-95623-46-1
- Páginas:
- 250
LOS NOBEL DEL FÚTBOL
JORGE OMAR PÉREZ
¿Es posible asistir a un campo de fútbol de la mano de los grandes de la literatura? ¿Qué pensaba Albert Camus del fútbol? ¿O Gabriel García Márquez? ¿Y Miguel Hernández?
Extremos fantasmas, pelotas que se enamoran de porteros, vasectomías por temor a engendrar hinchas de equipos rivales, córners de la muerte, partidos que desatan enfrentamientos bélicos, insólitas relaciones entre Napoleón y el fútbol…
Los Nobel del Fútbol es una obra que reúne y comenta a autores universales para el placer de los aficionados del fútbol y de los amantes de la lectura, demostrando vínculos sorprendentes entre el deporte del balón y las letras. Jorge Omar Pérez González (Buenos Aires, 1943), periodista, escritor y traductor, obtuvo en 1977 el Primer Premio de Realismo Fantástico Mundo Desconocido con el libro La Historia antes de la historia (Editorial ATE, Barcelona, 1977). En 1996 concibe la enciclopedia del Fútbol Mundial titulada Omniball, con más de 25.000 entradas. Es autor, junto a Andrés Ehrenhaus, del libro El futuro es esto (Editorial Grijalbo-Mondadori, 1999). En noviembre de 2005 es Comisario del espacio ‘Els Nobel del Futbol’ en el I Saló del Llibre de Barcelona, además de ser director y guionista de un DVD para el mismo evento.
Prólogo
La presente obra constituye el tercer y obligado pilar de un proyecto pluridisciplinario que, nacido a principios de 2005 de la atenta y atrevida mirada de Jorge O. Pérez, se abrió paso con solvencia —como si de un buen interior izquierdo se tratara— en el campo siempre exigente de los libros, las letras y la literatura en general. El proyecto, tan ambicioso como sencillo en su planteamiento, se proponía iniciar el acoso y derribo de uno de los tópicos más aparentes pero menos reales de la escena y la vida culturales no sólo actuales sino, casi podría decirse, de todos los tiempos: el del divorcio entre fútbol y literatura. Sin alardes, sin estridencias, sin necesidad de buscar apoyos en complejas teorías sociológicas ni de sacar a relucir nada que no estuviera expuesto anteriormente, Los Nobel del Fútbol nos planta frente a la insoslayable evidencia de que la Literatura con mayúsculas (además, desde luego, de la especializada o generada por sectores afines) no sólo no se desentendió del fútbol, sino que en numerosas oportunidades lo utilizó como materia prima de sus mejores creaciones. Lo cual no debería sorprendernos, a pesar de la distancia que separa, a priori, a la cabeza, asiento de las ideas, de los pies, gestores del balón.
De hecho, el fútbol es casi tan antiguo como la agricultura o la guerra, por nombrar dos temas de honda raigambre literaria. No cuesta demasiado imaginar a los primeros hombres civilizados efectuando los gestos más espontáneos y naturales del deporte que hoy cuenta con el mayor número de aficionados en todo el mundo. Tampoco hay que hurgar muy a fondo para encontrar referencias documentadas de diversas clases de protofútbol en las grandes civilizaciones de la antigüedad. Ya en el siglo III aC, el dramaturgo griego Antífanes mencionaba en sus obras la práctica del episkros, del que deriva el harpastu romano, suerte de partidillo con que se entrenaban las legiones antes del combate. También los chinos tenían su versión, el tsu chu, jugado —según grabados del siglo II aC— por funcionarios o mandarines que debían introducir una pelota de cuero en una portería de seda. Más conocido es, quizá, el ollamalitzli o juego ritual de pelota azteca, en el que los contendientes competían por el paradójico honor de ser sacrificados a los dioses. Los ejemplos, numerosísimos y prácticamente universales, es decir, comunes a casi todas las culturas, llegan, pasando por las versiones más reconocibles del calcio fiorentino o de la soule francesa, hasta nuestros días. Deporte épico donde los haya, sublimación, si se quiere, de las experiencias colectivas más intensas de la humanidad, paréntesis en el tiempo y el espacio en el que se ponen en juego la conciencia tribal, el azar, la generosidad, la belleza, el individualismo, la frustración, la entrega, el valor, la astucia, la explosión, la catarsis, el miedo, el placer... ¿Cómo iba a pasar desapercibido para los creadores y cronistas de nuestra gran tradición literaria?
Tal vez pocos lo sepan, pero quien acuñó la palabra football, en referencia al útil esférico de cuero cosido que se disputan los veintidós jugadores sobre el césped, fue nada menos que William Shakespeare. ¿Puede imaginarse cuño más ilustre? Y sin embargo, por lo que se desprende de las referencias que el Bardo hace en obras como La comedia de los errores o El rey Lear, él mismo habría sido un jugador curtido y marrullero. Imaginémoslo por un instante con las piernas embarradas, abriendo los brazos para tratar de justificar una entrada especialmente dura y diciendo la frase que lo resume todo: “El fútbol es así”. Es así y así nos lo cuentan los textos de escritores galardonados con el Premio Nobel y otras grandes figuras literarias que Jorge O. Pérez ha sabido seleccionar y ordenar para nuestro disfrute, demostrando no sólo que fútbol y literatura no están reñidos ni divorciados, sino que su relación es estrecha, no exenta, sin duda, de turbulencias, pero, eso sí, prolífica y fructífera.
Aparte de este libro, y en consonancia directa con él, los otros dos vértices del proyecto denominado ‘Los Nobel del Fútbol’ fueron la serie de eventos que, con este nombre, se desarrollaron en el I Salón del Libro de Barcelona 2005 y la colección de veinte artículos breves publicada en el conocido periódico El Mundo Deportivo, cuya buena acogida por parte de los simpatizantes del fútbol en general derivaría en la idea de acometer una obra más completa, con comentarios y análisis de textos que pusieran de manifiesto la simpatía y afición futbolísticas de autores tales como Albert Camus, Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, Kenzaburo Oé, Günter Grass, Rafael Alberti,
Mario Vargas Llosa, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Vladímir Nabókov, Manuel Vázquez Montalbán, Eduardo Galeano, Naguib Mahfouz, Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato, Osvaldo Soriano, Umberto Eco, Juan Villoro, Gabriel Celaya, Pierre de Coubertin, Jorge Amado, Nick Hornby, Françoise Giroud o Ryszard Kapuscinski.
Igualmente enriquecedora y, en cierto modo, inédita en su género fue la experiencia del Primer Salón de Libro de Barcelona, que consistió en la proyección de un cortometraje con imágenes de partidos de fútbol y textos de autores universales leídos en off, así como una mesa redonda en la que participaron escritores, periodistas y directivos de importantes clubes de Primera División. Como corolario a la mesa redonda, jugadores de primeros equipos de la Liga española leyeron fragmentos de diversos autores. El acto, que tuvo gran repercusión periodística, sirvió para demostrar en la práctica el postulado de partida de ‘Los Nobel del Fútbol’: tanto convoca la literatura al fútbol como el fútbol a la literatura, ya se trate de novelas, cuentos, poesía o ensayos. En aquella memorable ocasión, los asistentes pudimos disfrutar de emotivos textos de Albert Camus, Rafael Alberti, Miguel Delibes, Ernesto Sábato, Camilo José Cela, Miguel Hernández y Vladímir Nabókov de la mano de primeras figuras del fútbol profesional. Pocas veces la feliz conjunción de estos dos mundos aparentemente irreconciliables fue tan patente, poniendo de relieve una vez más las clarividentes palabras del autor de El extranjero: “Después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”. El balón ya está en juego. Ahora os toca a vosotros, lectores, darle marchamo de gol.
Andrés Ehrenhaus
¿Es posible asistir a un campo de fútbol de la mano de los grandes de la literatura? ¿Qué pensaba Albert Camus del fútbol? ¿O Gabriel García Márquez? ¿Y Miguel Hernández?
Extremos fantasmas, pelotas que se enamoran de porteros, vasectomías por temor a engendrar hinchas de equipos rivales, córners de la muerte, partidos que desatan enfrentamientos bélicos, insólitas relaciones entre Napoleón y el fútbol
Los Nobel del Fútbol es una obra que reúne y comenta a autores universales para el placer de los aficionados del fútbol y de los amantes de la lectura, demostrando vínculos sorprendentes entre el deporte del balón y las letras. Jorge Omar Pérez González (Buenos Aires, 1943), periodista, escritor y traductor, obtuvo en 1977 el Primer Premio de Realismo Fantástico Mundo Desconocido con el libro La Historia antes de la historia (Editorial ATE, Barcelona, 1977). En 1996 concibe la enciclopedia del Fútbol Mundial titulada Omniball, con más de 25.000 entradas. Es autor, junto a Andrés Ehrenhaus, del libro El futuro es esto (Editorial Grijalbo-Mondadori, 1999). En noviembre de 2005 es Comisario del espacio Els Nobel del Futbol en el I Saló del Llibre de Barcelona, además de ser director y guionista de un DVD para el mismo evento.
Prólogo
La presente obra constituye el tercer y obligado pilar de un proyecto pluridisciplinario que, nacido a principios de 2005 de la atenta y atrevida mirada de Jorge O. Pérez, se abrió paso con solvencia como si de un buen interior izquierdo se tratara en el campo siempre exigente de los libros, las letras y la literatura en general. El proyecto, tan ambicioso como sencillo en su planteamiento, se proponía iniciar el acoso y derribo de uno de los tópicos más aparentes pero menos reales de la escena y la vida culturales no sólo actuales sino, casi podría decirse, de todos los tiempos: el del divorcio entre fútbol y literatura. Sin alardes, sin estridencias, sin necesidad de buscar apoyos en complejas teorías sociológicas ni de sacar a relucir nada que no estuviera expuesto anteriormente, Los Nobel del Fútbol nos planta frente a la insoslayable evidencia de que la Literatura con mayúsculas (además, desde luego, de la especializada o generada por sectores afines) no sólo no se desentendió del fútbol, sino que en numerosas oportunidades lo utilizó como materia prima de sus mejores creaciones. Lo cual no debería sorprendernos, a pesar de la distancia que separa, a priori, a la cabeza, asiento de las ideas, de los pies, gestores del balón.
De hecho, el fútbol es casi tan antiguo como la agricultura o la guerra, por nombrar dos temas de honda raigambre literaria. No cuesta demasiado imaginar a los primeros hombres civilizados efectuando los gestos más espontáneos y naturales del deporte que hoy cuenta con el mayor número de aficionados en todo el mundo. Tampoco hay que hurgar muy a fondo para encontrar referencias documentadas de diversas clases de protofútbol en las grandes civilizaciones de la antigüedad. Ya en el siglo III aC, el dramaturgo griego Antífanes mencionaba en sus obras la práctica del episkros, del que deriva el harpastu romano, suerte de partidillo con que se entrenaban las legiones antes del combate. También los chinos tenían su versión, el tsu chu, jugado según grabados del siglo II aC por funcionarios o mandarines que debían introducir una pelota de cuero en una portería de seda. Más conocido es, quizá, el ollamalitzli o juego ritual de pelota azteca, en el que los contendientes competían por el paradójico honor de ser sacrificados a los dioses. Los ejemplos, numerosísimos y prácticamente universales, es decir, comunes a casi todas las culturas, llegan, pasando por las versiones más reconocibles del calcio fiorentino o de la soule francesa, hasta nuestros días. Deporte épico donde los haya, sublimación, si se quiere, de las experiencias colectivas más intensas de la humanidad, paréntesis en el tiempo y el espacio en el que se ponen en juego la conciencia tribal, el azar, la generosidad, la belleza, el individualismo, la frustración, la entrega, el valor, la astucia, la explosión, la catarsis, el miedo, el placer... ¿Cómo iba a pasar desapercibido para los creadores y cronistas de nuestra gran tradición literaria?
Tal vez pocos lo sepan, pero quien acuñó la palabra football, en referencia al útil esférico de cuero cosido que se disputan los veintidós jugadores sobre el césped, fue nada menos que William Shakespeare. ¿Puede imaginarse cuño más ilustre? Y sin embargo, por lo que se desprende de las referencias que el Bardo hace en obras como La comedia de los errores o El rey Lear, él mismo habría sido un jugador curtido y marrullero. Imaginémoslo por un instante con las piernas embarradas, abriendo los brazos para tratar de justificar una entrada especialmente dura y diciendo la frase que lo resume todo: El fútbol es así. Es así y así nos lo cuentan los textos de escritores galardonados con el Premio Nobel y otras grandes figuras literarias que Jorge O. Pérez ha sabido seleccionar y ordenar para nuestro disfrute, demostrando no sólo que fútbol y literatura no están reñidos ni divorciados, sino que su relación es estrecha, no exenta, sin duda, de turbulencias, pero, eso sí, prolífica y fructífera.
Aparte de este libro, y en consonancia directa con él, los otros dos vértices del proyecto denominado Los Nobel del Fútbol fueron la serie de eventos que, con este nombre, se desarrollaron en el I Salón del Libro de Barcelona 2005 y la colección de veinte artículos breves publicada en el conocido periódico El Mundo Deportivo, cuya buena acogida por parte de los simpatizantes del fútbol en general derivaría en la idea de acometer una obra más completa, con comentarios y análisis de textos que pusieran de manifiesto la simpatía y afición futbolísticas de autores tales como Albert Camus, Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, Kenzaburo Oé, Günter Grass, Rafael Alberti,
Mario Vargas Llosa, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Vladímir Nabókov, Manuel Vázquez Montalbán, Eduardo Galeano, Naguib Mahfouz, Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato, Osvaldo Soriano, Umberto Eco, Juan Villoro, Gabriel Celaya, Pierre de Coubertin, Jorge Amado, Nick Hornby, Françoise Giroud o Ryszard Kapuscinski.
Igualmente enriquecedora y, en cierto modo, inédita en su género fue la experiencia del Primer Salón de Libro de Barcelona, que consistió en la proyección de un cortometraje con imágenes de partidos de fútbol y textos de autores universales leídos en off, así como una mesa redonda en la que participaron escritores, periodistas y directivos de importantes clubes de Primera División. Como corolario a la mesa redonda, jugadores de primeros equipos de la Liga española leyeron fragmentos de diversos autores. El acto, que tuvo gran repercusión periodística, sirvió para demostrar en la práctica el postulado de partida de Los Nobel del Fútbol: tanto convoca la literatura al fútbol como el fútbol a la literatura, ya se trate de novelas, cuentos, poe...