- Editorial:
- LOS LIBROS DE LA CATARATA
- Año de edición:
- 2013
- Materia:
- FC BARCELONA
- ISBN:
- 978-84-8319-796-7
- Páginas:
- 304
LA FUNCIÓN POLÍTICA DEL BARÇA
RAMÓN MIRAVITLLAS
Ramón Miravitllas rastrea en el libro La función política del Barça (publicado en Los Libros de la Catarata) la historia del FC Barcelona para entender todas las conexiones políticas de la historia del club azulgrana. Desde sus ambiguas relaciones con la dictadura, el momento en que fue labrando su identidad de ser más que un club, sus servidumbres en la Transición y la época actual en mitad del debate por la independencia. El libro se publica el 20 de marzo. Aquí está la introducción: Más que un club y menos que Catalunya.
¿Que´ es el Barc¸a? Algo colosal y diferente. Una prueba: de e´l hablan con dedicacio´n y pasio´n no solamente los socios y los simpatizantes, sino los que no lo son tanto, los que no lo son, los que no lo sera´n nunca porque pertenecen a otros credos y aquellos a quienes ni siquiera les gusta el fu´tbol. Hablar del Barc¸a es hacerlo de poli´tica deportiva, de sociedad, de filosofi´a de masas y de instrumento poli´tico. Fuerza y grandeza. Una vi´a de dar a conocer un pai´s y una manera de actuar. El FC Barcelona, junto con La Caixa y la Generalitat, constituye uno de los tres pilares de Catalunya.
La primera entidad recreativa del Principado es hoy una de las ma´s reconocidas del planeta, hasta el punto de que la revista estadounidense Sports Illustrated definio´ a los blaugrana como "el equipo del mundo y de nuestros tiempos". En una era de esplendor global y capacidad de atraccio´n sin precedentes, el Barc¸a concita como nunca las apetencias de poderes poli´ticos, financieros, sociales y culturales, que se valen de los medios ma´s variados para controlarlo o influir en e´l. Un presupuesto de 500 millones, ma´s de 150.000 socios, 350 millones de aficionados en todo el mundo, 50 millones en las redes sociales, una asistencia media de 76.000 aficionados. ¿Que´ partido poli´tico puede decir lo mismo? ¿Quie´n puede resistirse a ese oscuro objeto de deseo?
Gobiernos, partidos, lobbies econo´micos y otros poderes fa´cticos, desde la Iglesia cato´lica a las petrodictaduras del Pe´rsico, buscan en los colores azul y grana la plataforma exitosa que impulse programas, li´deres, proyectos y ambiciones personales. Y el club, que ya desde 1899 se impuso superar la mera pandilla deportiva, ha sido una forma singularizada de hacer poli´tica que tambie´n ha definido parte de su core capital por la bilis hacia su ma´s temible contrincante, el todopoderoso Real Madrid y lo que significa de ca´lida cercani´a al centro de los centros, de costumbre belicoso con "lo catala´n".
El fu´tbol, magno especta´culo de las identidades, es meta´fora del catalanismo y la espan~olidad, escenificacio´n atle´tica de la histo´rica pugna entre Castilla y Catalunya. Al menos dos veces al an~o este duelo se hace carne universal en el cla´sico, un megashow de intensidad saturada que compendia desde rivalidades folclo´ricas locales y regionales a representaciones enconadas de conformacio´n de la etnicidad y la identidad cultural en un contexto de patrones poli´ticos vertiginosamente mutantes. Un paisaje media´tico u´nico en la riqueza de su polarizacio´n que por si´ solo justificari´a esta obra.
En el Barc¸a caben todas las ideologi´as y procedencias hermanadas por una bandera, en consonancia con el himno desde 1974; no obstante el club atesora tal sedimento de democracia y catalanismo amalgamados que de hecho son dos las ensen~as que lo caracterizan y orientan, la azulgrana y la cuatribarrada, mientras una tercera ha entrado en el podio a lomos del independentismo rampante. De un modo u otro el Barc¸a siempre ha jugado otro partido... poli´tico. Ha desempen~ado una funcio´n sociopoli´tica de subrogacio´n graduable en la escena pu´blica, sin libertades y con ellas. Pero de un tiempo a esta parte ha tomado partido ma´s strictu sensu al calor de los tics y tendencias de la sociedad que lo envuelve. El FC Barcelona es un imaginario de la catalanidad cada vez menos sutil y ma´s involucrado en las opciones que porfi´an por reducirlo a pieza maestra de una Catalunya en ebullicio´n soberanista. Una variante febrosa del eterno conflicto del ma´s que un club, tradicionalmente vulnerable a ventoleras nacionalistas que tratan de derivar el modelo de la senyera integradora en opcio´n partidista, igual que antan~o habi´a estado sometido a las coacciones del franquismo o los falsos apoliticismos de los tiburones econo´micos de la Transicio´n.
El substrato histo´rico que le diferencia de otros clubes se apreciaba ya en 1918, cuando se puso del lado de la Mancomunitat, y en 1925, cuando el gobernador militar Milans del Bosch clausuro´ seis meses el campo de Les Corts y el Gobierno de Primo de Rivera obligo´ a dimitir y exiliarse al presidente Hans Gamper, porque los aficionados silbaron la Marcha Real en los prolego´menos de un amistoso. Fue muy probablemente entonces cuando el azulgrana dejo´ de ser un club de Catalunya para ser el club de Catalunya. El Barc¸a habi´a puesto proa a aquella dictadura y nunca habi´a solicitado el tratamiento de "Real" para su nombre, a diferencia de muchos.
En la final de Copa ganada a la Real Sociedad donde Rafael Alberti escribio´ su Oda a Platko, el poeta andaluz lego´ tambie´n a la posteridad este lienzo que habla por si´ solo: "Fue en Santander: 20 de mayo de 1928. Alli´ fui con Cossi´o a presenciarlo. Un partido brutal, el Canta´brico al fondo, entre vascos y catalanes. Se jugaba al fu´tbol, pero tambie´n al nacionalismo [...] Platko, un gigantesco guardameta hu´ngaro, defendi´a como un toro el arco catala´n".
Platko hubo de irse lesionado pero regreso´ "vendada la cabeza, fuerte y hermoso, decidido a dejarse matar [...] Por la noche, en el hotel, nos reunimos con los catalanes. Se entono´ Els Segadors y se ondearon banderines separatistas. Y una persona que nos habi´a acompan~ado a Cossi´o y a mi´ durante el partido canto´, con verdadero encanto y maestri´a, tangos argentinos. Era Carlos Gardel".
En 1936 el presidente blaugrana Josep Sunyol, militante de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fue fusilado por tropas nacionales en Guadarrama mientras el equipo era recibido en Me´xico como representante de la Repu´blica, pues durante la Guerra Civil el club devino por voluntad propia "entidad al servicio del Gobierno legi´timo". Si evitamos simplificaciones, el Barc¸a no era un canto a los derechos patrio´ticos catalanes en sesio´n continua ni un ateneo de libertades con porteri´as, pero tampoco una sociedad complaciente, contemporizadora o amorfa ante los abusos del poder tira´nico.
[...]"